Hoy es mi primer artículo y espero que el primero de muchos, con el de hoy tan sólo quiero explicar la relación sentimental que tengo con mis dos joyas fotográficas, las cuales me tienen cada día más confuso y que como ya decía El cigala en su canción "como se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco", me tienen medio loco.
Desde hace año y medio vengo disparando con el iphone tanto el 3G como el 4G consiguiendo dos objetivos claros: el primero el entrenar el ojo fotográfico a cualquier hora del día y en cualquier lugar; y el segundo la posibilidad de realizar una edición inmediata y a una velocidad inimaginable. Estos dos puntos han provocado que haya ido consiguiendo una galería de fotos qeu jamás se me hubieran ocurrido con la réflex.
A esto le he unido, gracias a la app Instagram, el conocer y disfrutar de gente que al igual que yo, o sea usando la cámara del iphone, consigue disparos y estilos totalmente diferentes con ediciones impensables.
Todo esto ha servido para dirigir mis trabajos con mi 7D hacia lo que realmente quiero, o lo que es lo mismo, me ha servido para ir a buscar mi presa sin rodeos; pero también el aprender de gente que con sus ojos ve cosas que yo con los míos no veo, porque lo que me ha enseñado instagram y así lo he podido comprobar in vivo es que en un mismo sitio a la misma hora y 3 personas con iphone se sacan no sólo fotos diferentes del mismo sitio, sino que la edición que te permite en el acto, te hace ver formas totalmente opuestas de editar.
Así que mi 7D está en un momento de felicidad, porque cuando la sacó de su funda ella ya sabe que es lo que quiero de ella, y mucha parte de culpa la tiene mi iphone.
Prueba de la calidad del iphone es la foto que adjunto, la cual no he podido aún testear con mi 7d, pero que cada vez que voy a la playa espero el atardecer sintiendo que cualquier tarde la escena se repetirá, o alguna parecida, y entonces ahí estaré con mi 7D.
Hasta la próxima.
